miércoles, 1 de septiembre de 2010

¿Son sanos los Médicos sin Fronteras?

Cada vez que preguntan a alguien de Médicos sin Fronteras por el sistema económico y social no se mojan. Los he oído hablar en los medios de comunicación y siempre miran hacia otro lado cuando se les provoca en este sentido. ¿Será porque, en el fondo, les gusta el sistema que les da trabajo y gloria? No lo sé.

El otro día un par de sus miembros, después de describir una variada gama de tragedias, fueron interrogados sobre la siguiente cuestión. Al habla la locutora: "Los futbolistas de la selección nacional han cobrado 600.000 euros por ganar el campeonato del mundo. Se aseguró que una parte de ese dinero iba a destinarse a ONG's, ¿habéis recibido ese dinero? Respuesta de los médicos: "No, pero los futbolistas siempre se han portado muy bien con nosotros. En particular Iker Casillas y Sergio Ramos siempre han aparecido en actos en nuestro apoyo".
Y tan felices.

Bernard Kouchner, fundador de Médicos Sin Fronteras , socialista (dice), es el ministro de Asuntos Exteriores del gobierno de Sarkozy, de derechas (que se sepa). No sé que hace en este consejo de ministros pero está. Para mí es una especie de guinda moderna que se ha colocado Sarkozy. La segunda después de Madame Carla.
Ante las expulsiones masivas de gitanos llevadas a cabo en Francia, Kouchner afirma estar inquieto, no le gustan, pero: "[Sarkozy] nunca ha estigmatizado a una minoría en un función de su origen".(¡?)

Qué código verbal y mental maneja este tío, me pregunto. ¿Dice algo así como que "Soy tan bueno que acepto a todos: Sarkozy, los gitanos..."?

Kouchner, en su día estuvo de acuerdo con la guerra de Irak. La razón que esgrimió fue que había que acabar con la dictadura de Houssein.
O sea que Bush, en el fondo, tampoco es tan malo como parece. A continuación sus médicos sin fronteras acudieron al frente a vendar a los "heridos necesarios" y a extender actas de defunción.

Uno puede querer ser santo. Está en su derecho. Pero detrás de su santidad no se debería de esconder la sumisión a los poderosos.

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